viernes, 12 de junio de 2020

Cosmológica


Cosmológica

Tras el rumor
de la planicie matutina
un cosmos
de motores desvelados
gira
sin nombrarte.





Los creadores


Los creadores


                                                                                   Para Andy 
                                           
Los creadores                                                                       
somos
un reflejo de Dios
en la adversidad
tormentosa.

Un cielo que se arrima
a un fueguito
de breve pirotecnia,
cuyo calor
detonante
pesa menos
que la corola de una rosa
o el vuelo
de un canario.

Los creadores
somos
los depositarios de fe
en vasijas
averiadas.

Éndless


Endless

Igüal que
algunos diálogos
inconclusos

                           hemos abandonado
las huestes del



mañana.
                                  




 

Laberinto


Laberinto


En el laberinto oculto de los roedores
apareció
milagrosamente
una camelia roja
pero las fecundas ratas
no creyeron en dioses
y se la comieron.



Recuerdos del río


Recuerdos del río

Un pez rescatado del río
fue Juez de la Nación.

Prosperó tanto que perdió el rumbo
y olvidó su origen.

Desde el recuerdo
sumergido bajo las aguas,
indultaba a tiburones y pirañas
y se alimentaba de crustáceos y cornalitos. 




El crochet del destino

El crochet del destino

Hubo alguien,
el día anterior a después,
que se quedó con una imperiosa mujer ajena,
-aunque  nunca fui tuya-,
y que le quitó las mochilas al viento
para regalártelo entre bandadas
de negros gorriones,
dejándote solo en la pista de baile,
en el inesperado enjambre
de los hilos que tejen y destejen
el crochet invisible del destino.

Vanidad absurda


Vanidad absurda
                               Al poema


Te hablo con una vanidad absurda
como si fuera el héroe de una guerra,
el  artista laureado,  omnipotente;
el Apolo mellizo de Artemisa,
la jefa de las Musas del Olimpo,
con mi cítara gastada de poesía.

Te canto con fulgor en la mirada,
con el hálito de voz que aún me queda,
y busco tu simpleza entre las sábanas
del sitio donde estés acontecido.

Porque el viento es testigo del deseo
y nunca olvidarás que fui tu azogue.



Cetrerías o Cordero de Dios de Lucía Folino

Tapa del libro Cetrerías o Cordero de Dios