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viernes, 12 de junio de 2020

El aire que deploro

El aire que deploro

La calle estaba oscura.
Los alimentos comenzaron a heder
en estado de putrefacción.
Las cucarachas escapaban de las alcantarillas.
y las cloacas desbordaban pus y miedo.

Llegaron los policías, dijeron
Boom boom
y recogieron las evidencias.
Los ruidos se desplegaron
en el aire que deploro;

el fermento de grilletes y de esposas
adiestraba con su modo hierático y ronco
el canto ancestral de sumisión y venganza.

El desalojo era total
en la marchita madrugada periférica.
La redada había sido un éxito.
Los sargentos fueron ascendidos.
La paz restablecida.
Las jeringas esterilizadas.
No quedaba un solo vestigio de banquete
sobre la faz de la tierra.

El destino de la escoria fue una incógnita.

El poder omnímodo anunciaba el descubrimiento
de una nueva droga
para controlar el apetito.





Cetrerías o Cordero de Dios de Lucía Folino

Tapa del libro Cetrerías o Cordero de Dios