Onomatopeyas
La posterioridad no nos distingue
de la cabeza degollada del criminal astuto.
La diabólica serpiente desaparecerá
junto al cuadro de rostro angelical
que has elogiado en los museos.
Desaparecerán los idiomas concebidos,
los cuentos de sirenas,
la caprichosa redención de los benditos
como latosa cantinela
de la solemnidad.
Queda la magia de pensar
que seremos inmortales
en las onomatopeyas prescriptivas del cosmos.