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viernes, 12 de junio de 2020

Cetrerías o Cordero de Dios de Lucía Folino



Tapa del libro Cetrerías o Cordero de Dios 


Cordero de Dios


Cordero de Dios

Dios:
Que no te puedo ver y me persigues;
que no sé dónde estás, pero te encuentro;
que migras desde afuera al epicentro;
que faltas con aviso a quien tú sigues.

Dios:
Que espero solo amarte. No me obligues
a odiar la fuerza que se arraiga dentro.
Permíteme exhibir desde mi centro
milicias poderosas que coaligues.

Dios:
Que brindas tu consuelo al no creyente,
absuelves pecador y mercenario.
Tu sabia decisión es nuestra fuente.
Tu suplicio, los nudos del rosario.

Dios:
Porque apareces y huyes de la gente,
perdona a los herejes del calvario.


Recuerdos del río


Recuerdos del río

Un pez rescatado del río
fue Juez de la Nación.

Prosperó tanto que perdió el rumbo
y olvidó su origen.

Desde el recuerdo
sumergido bajo las aguas,
indultaba a tiburones y pirañas
y se alimentaba de crustáceos y cornalitos. 




El crochet del destino

El crochet del destino

Hubo alguien,
el día anterior a después,
que se quedó con una imperiosa mujer ajena,
-aunque  nunca fui tuya-,
y que le quitó las mochilas al viento
para regalártelo entre bandadas
de negros gorriones,
dejándote solo en la pista de baile,
en el inesperado enjambre
de los hilos que tejen y destejen
el crochet invisible del destino.

Cuidadito


Cuidadito

Cuidadito.
Cuando hablen mal de los abogados
exacerba tu cautela. 
Ponte en guardia.
Estás escuchando la voz del demonio.
Dios fue el primer abogado de esta Tierra,
el gran letrado universal que conquistó la palabra
y nos la dio sin evasivas ni pretextos.
Su poder ubicuo nos dotó de la primera Ley
con los diez mandamientos obligatorios.
Su sabiduría impregnó el horizonte
de ansias de Justicia.
Su mano generosa extendió el mensaje
y nos concedió la Libertad
para escoger
la manzana
del árbol del bien y el mal.

Cuando hablen mal de los abogados,
exacerba tu cautela.
Ponte en guardia.
Estás escuchando la voz del demonio
y los viejos relatos del libro inmemorial
se tornan indubitables
cuando eres capaz de inteligir
los motivos de modulación  satánica
de los lobos feroces
que especulan
el precio de tu fresca y tierna
carne de cordero.

Cuento sobre postales


Cuento sobre postales

I-

Voces del futuro (imágenes)
Haz de luz.

Hoy somos el cuadro imaginario
que cuelga en la pared
que nos ciega el paso
con entrecortado aliento.
Retrato estrellado contra un ladrillo
errático e inestable
del tiempo terrenal.
Hoy no seremos voces mentirosas.
Hueca y agrietada hasta en los poros,
solamente
una pintura seca sobre el muro gris.

¡Qué fría es esta Antártida sin gente!
Mantos de hielo, atormentados y transidos
(pero, no me gusta la palabra transido
¿por qué la uso, entonces?)
La voz transida es menos poética que el nombre.

¡Qué frío el Polo Norte derretido
de este Polo Sur, sin “por ejemplo”!

: Acongojados?                                                     
Sí.
Dos puntos doloridos y experimentales
Que tocan el barro rojizo
como se toca un charango roto.

Y sin embargo...
con embargo.

La carambola ha desaparecido
para reinstalarse en otros corazones
que la supongan deseable
y yo ignoro, si esto es producto
de una noche larga de alcohol de quemar,
sin verdaderas consecuencias.

No quieras ver.


II-


Luego llegó el sueño.
Era aquella, una pobreza heroica.
Un órdago redescubierto.
Una clase de estado espacial,
en el que el ser humano
desarrollaba al máximo sus creencias
o valores sociales
para demostrar la fuerza del espíritu.

¿Se unen más los que tienen menos?

En la montaña diaguita se auscultaba el eco
de la necesidad llorona.
Ponchos de colores en la tierra árida.
Ponchos de todas las edades,
arropando al niño futuro:
Un coya
-como cualquiera de nosotros
hubiera podido serlo-.
Uno.
Todos los hombres.
Es el deber apocalíptico.


III-


Pesadilla.
Y la noche se convirtió en espantapájaros.
Nevaba cuando apareció el rombo fatal;
la hora misteriosa
donde el fantoche extravagante
cambia el rictus
de risa por mueca.
Un pájaro negruzco se llevó otra vez
la codiciada presa.

Caricatura de la vida.
Soledad espectral.



Ego


Ego


Primero fue el descubrimiento de la sierpe,
después la poesía del suicida.

Los profesores se empeñan
en encontrar las causas biológicas de la depresión.

Cien métodos infalibles.
Cien perfectas verdades
que no se discutirán en el aula.
Cien
(o noventa y nueve ,
porque todos te roban un poquito)

No estoy de acuerdo.

-casi nunca estoy de acuerdo-
Los que podamos atravesar el camino
seremos el nuevo aparat de los dioses.

Nunca esperes mandatos
aunque sí, mandalas.

Ego te absolvo.

jueves, 21 de mayo de 2020

Cetrerías


Cetrerías



Reconozco habe
r bajado la guardia.
Me confié,
enmarañé mis
sentidos.
Soy un ave rapaz
por aspersión,
pero podrás llamarme tigre o gato.
Pertenezco a la familia de los felinos,
a fin de cuentas
casi humana.
Cuando no era obligatorio
dejar constancia de fe bautismal
Rasputín me desgarró el alma.
Necesité un boticario.
Encarar las ventanas
mirando al sol
fue una primera solución al vacío
Otro lobo estepario
con gloria de taumaturgo
despertaría el más álgido de los instintos.
Mi personalidad es una encrucijada y
estoy diciendo mucho…
En un foro de cetrería
encontré una habitación muda
para ejemplares adultos,
(el hurón hay que usarlo con moderación),
pero no son adultos ejemplares;
cambian su plumaje
en función halconera.
Corto vuelo de los pájaros
en abstracta quietud de laberinto
en las pistas de frontón, con sus techos
de asbesto y uralita.
Algunos consejos pueden ser útiles
para limpiar los materiales
y que no se encharque
el dolor.            
Construye un sumidero
para que evacue.
Es que quiero poner coto de caza por Navidad
Yo no utilizaré el césped artificial 
(que es como de fibra)
ni tampoco cordel grueso
(la típica soga de atocha).
Nunca he necesitado escarpias
ni mantenido gavilanes;
buena opción era alicatarlos.
Escóndete un buen rato
antes del disparo de cerca
y si permaneces en silencio
alguno acabará por salir a comer.







miércoles, 20 de mayo de 2020

CETRERÍAS o CORDERO DE DIOS





























CETRERÍAS
o
CORDERO DE DIOS
     




















Dedico este libro a mi padre Andrés Folino
(08-09-1922 - 14-07-1970),
un hombre bueno,
en el buen sentido de la palabra bueno






Folino, Lucía Angélica
Cetrerías  o Cordero de Dios / Lucía Angélica Folino. - 1a ed. - Avellaneda: Lucía Angélica Folino, 2020.
129 p.; 15 x 22 cm.
ISBN 978-987-86-4572-8                                                    

1. Poesía Argentina. I. Título.
CDD A861
Imagen y diseño de tapa: Folino, Lucía Angélica

Hecho el depósito que marca la ley 11723 

Quedan reservados todos los derechos incluidos traducción. Se permite la reproducción total o parcial con autorización y mención del autor.













Índice
7 Cetrerías
10  Intrusos
15 La geisha
19 Ego
21 Tatuaje (26 versos)
23 Convocatoria:
25 Cuento sobre postales
30 Nieve y café
33 2010
36 Seducción matinal
37 Mis tímpanos
38 Fragmentos del corazón agrietado
45 Bártulos  (primera entrega)
47 Bártulos (segunda entrega)
49 Bártulos (tercera entrega)
51 Niegan que exista Dios
53 Ventajas
54 Aunque no leas
56 Sentencias
58 Política y Derecho
60 Cuidadito
62 ¿Sinestesia o cenestesia?
Nuevas invocaciones
63 Suya / Incredulidad
64 El nido del zorzal
65 Esperando un imposible
66 Realidades brutales
     Dentro/fuera
     Afluencias
68 La estricta fortaleza
69 Ya no soy
70 Mensaje en un contestador
71 El horizonte dorado
72 Vanidad absurda
73 El crochet del destino
74 Recuerdos del río
75 Laberinto
76 Endless
77 Los creadores
79 Cosmológica
80 Respiración
81 Genealogía inversa- Hokusai
82 Tinieblas
84 Aromas
85 El agua que bebas
86 Felicidad
87 El camino del Dao
88 Modernos Midas
89 Meditación
90 Cordero de Dios
92 Nam myoho renge kyo
98 desdoblando la lengua
99 Onomatopeyas
100 Prólogos visuales
101 Latinoamérica:
102 ¿Qué final le ponemos?
103 Hilos sueltos
106 ¿Qué nos importa?
111 El aire que deploro
113 Hokus pokus
119 No soy yo, sos vos.
121 La tos del invierno
123 Second fiddle














Lucía Angélica Folino nació en Avellaneda, Buenos Aires, Argentina el 19 de diciembre de 1956. Abogada, docente y poeta ha publicado en el año 2004 su primer libro: "Retablo de duelos" - Editorial Dunken.
Publicó su segunda obra: "Acuario Plateado por la Luna" en una pequeña en el año 2005 (edición de autor)Parte de su obra aparece en prestigiosas antologías nacionales e internacionales en formato papel y revistas literarias virtuales y blogs digitales.
Escribió letras de canciones -registradas en SADAIC y SIAE- entre las que se destacan poemas y traducciones en la opera prima del compositor italiano Lorenzo Gabetta: “Salvando las distancias”, lanzado en Milán en el año 2012.
Ejerció la abogacía durante tres décadas en Argentina, (con un frondoso currículum laboral de su actividad en C.A.B.A y área metropolitana de la Provincia de Buenos aires, en múltiples ramas de ciencia  encontrándose vigente su matrícula.
Dictó cursos en taller de poesía y letras de canciones, tras haber participado en numerosos talleres de poesía, narrativa y letrística  de canciones en SADAIC. Fue vocal del "Centro cultural Alejandra Pizarnik" de Avellaneda durante dos años. Su tercer libro publicado en el año 2015 es Venas al Menudeo. En el año 2018presentó: "Cruzamientos y Aspavientos" , "Premio Consuelo", y “Enfundá la mandolina”  (autor-editor).
En Amazon con formato EBook “Veinte sonetos pornográficos y una pasión”
En el año 2018 dirigió y editó la revista digital El Camaleón Fatigado.

Cetrerías o Cordero de Dios de Lucía Folino

Tapa del libro Cetrerías o Cordero de Dios